martes, 9 de noviembre de 2010

Drug Markets and Urban Violence: Can tackling one reduce the other? - The Beckley Foundation Drug Policy Programme

Una de las principales causas de la violencia urbana son los mercados de las drogas, sin embargo no son la única causa de estos sucesos, la violencia urbana también se ve influida por la economía, la falta de trabajo, que, muchas veces, también son condiciones para que los mercados de la droga se amplíen, en esta lectura vemos la cercanía que existe entre la producción, distribución y transporte de la droga con el crecimiento de la violencia urbana.
El texto se refiere, al hablar de Sao Paolo, en cuanto a las fases de producción de la droga (producción, transporte y distribución) y no habla de cómo impacta la violencia en estas tres fases. México, que por desgracia, se ha unido a la lista de países productores de droga, también ha presentado ciertos tipos de violencia en estas tres fases. En la clase veíamos que muchas veces la violencia se da a los propios agricultores, en la fase de producción, que son maltratados y amenazados para continuar con la producción. En la fase del transporte, comentábamos que la violencia se da por el dominio de las rutas; este tipo de violencia también impacta a la distribución y, considero, que es la violencia que más se ha desatado en el país.
Gran parte de las muertes que se han generado en México desde que se inicio la “guerra contra el narcotráfico” ha sido por el dominio de los territorios y de las rutas.
Si bien es cierto que resulta importante tratar el tema de cómo es que se vinculan los mercados de droga con la violencia que se ha vivido en las ciudades me gustaría rescatar el último caso que nos muestra el texto: “El milagro de Boston”; me parece que resulta, incluso aún más importante, hablar de cómo se puede evitar la violencia, resulta importante pensar en soluciones para atacar las causas de la violencia y sus vínculos con las drogas, que ya decíamos, muchas veces son problemas sociales.
El milagro de Boston no es más que una unión de las asociaciones religiosas que ya estaban cansadas de tanta violencia y la policía de Boston, el programa fue la creación de unos foros de pandillas unido a una respuesta más férrea por parte de la policía a quien tratará de romper el cese al fuego que se había implementado. Este programa logro una reducción en los índices de violencia en la ciudad de Boston, por lo que, a nivel nacional se le conoció como el milagro de Boston.
Tratando de transpolar este caso a la situación que se vive en México, se tendrían que hacer primero cierta aclaraciones y definir ciertas diferencias entre Boston y México; en primer lugar el problema de Boston era y es un problema de pandillas, que si bien están relacionadas con el mercado de drogas, no es tan grave como en México, en el país, como bien sabemos, el problema no es de pandillas, sino de cárteles tratando de dominar territorio, por lo que esta es la primera diferencia y la principal; en segundo lugar tendríamos que hablar del papel de la Iglesia en el tema del narcotráfico y el que juega en la lucha contra el narco, y podemos ver que, en estos casos, no está fungiendo como un medio de control de la consciencia muy efectivo, vemos también que muchas veces las iglesias como la sociedad, se ve beneficiada por la presencia del narco en ciertas zonas del país por lo que se hace difícil que se pueda establecer una relación entre la iglesia y la policía y; en tercer lugar, tendríamos que hablar de la poca eficacia y la gran corrupción que existe en las estructuras policiacas en el país que hace, aún más difícil, la unión de la policía con alguna instancia para generar algún programa o algún plan que termine con la violencia en las calles.
A pesar de estas tres grandes diferencias, me atrevería a decir que no todo está perdido ya que en México, quién ha tomado la iniciativa de poner fin, de fondo, a la violencia, ha sido la sociedad. Digo de fondo porque las organizaciones que se han creado no lo hacen con el fin de negociar entre el narco y la policía, o el ejército, sino que se han dado a la tarea de rescatar a la juventud, que es el sector más propenso a verse involucrado en la violencia, de las calles, han tratado de darle otro sentido a las vidas de los jóvenes que están en las calles y que, muchas veces, se ven obligados a entrar en el mundo de las drogas y, por ende, al de la violencia.
Una organización que ha sonado mucho últimamente ha sido Marabunta, que si bien se ha hecho famosa gracias a Iniciativa México, vale la pena rescatar lo que hacen con los jóvenes, ya que por medio del arte y la cultura buscan sacarlos de las adicciones y del riesgo que corren de ser “jalados” hacia el narco.
La organización lo que busca es desintoxicar a los chicos de la calles y de las zonas más marginadas de la ciudad y después darles talleres y acércalos al arte y a la cultura para que, en esas actividades, encuentren una razón de ser y no se vean tentados a involucrarse en la violencia urbana.
Así como Marabunta existen otras organizaciones de la llamada sociedad civil que le dan un gran peso al tema del rescate de los jóvenes con miras a alejarlos de las drogas y la violencia.
Pero, la sociedad no ha sido la única que se preocupa por ese tema, El Gobierno del Distrito de México ha implementado, desde el 2008 un programa que se llama Comunidades para Adolescentes en Conflicto con la Ley el cual tiene como propósito una verdadera rehabilitación en los Centros Tutelares para Menores Infractores.
El programa se lleva a cabo con la ayuda de la Secretaría de Cultura, y consiste en tres puntos: establecer un vínculo entre la experiencia creativa-educación, que no es más que un apoyo con las carreras académicas de los jóvenes; reconstrucción de la propia identidad, que es el reconocimiento de las biografías de los chicos por medio de talleres de fotografía, escritura y otros; conocimientos, técnicas artísticas y capacidad de expresión, que no es más que el producto de los talleres antes mencionados con el fin de darles a los jóvenes la oportunidad de expresarse por medio del arte. Este es un programa que todavía se lleva a cabo en los Centros Tutelares para Menores Infractores y es una forma, por parte del gobierno, de contribuir a que estos jóvenes no vuelvan a reincidir en la vida delictiva.
Como podemos ver son pocos los acercamientos que se han llevado a cabo en la Ciudad de México para contrarrestar la creciente violencia que vivimos, y son programas que están lejos de tener la efectividad del programa de Boston, sobre todo en el corto tiempo en el que lo logro Boston, pero son programas que buscan atacar el problema de fondo y que poco a poco dará frutos. Esperemos que este tipo de programas no se interrumpan y que cada vez sean más los gobiernos y las organizaciones que se interesen por este tema.

Fuentes:
Programa de Desarrollo Cultural para Adolescentes en Conflicto con la Ley: http://www.cultura.df.gob.mx/transparenciaNEW/menoresinfractores.pdf

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