martes, 9 de noviembre de 2010

City of God - Bülent Diken

Como bien menciona el autor hasta el inicio de su escrito, la división de las buenas ciudades y las malas ciudades tienen mucho tiempo atrás, como bien decía San Agustín existen ciudades donde esta todo lo bueno y puro y otras donde existe todo lo malo. Ciudad de Dios es el ejemplo de las ciudades malas, lo curioso es que esta favela no es precisamente una ciudad, por el contrario se encuentra dentro de una ciudad, una ciudad que los ve como los apestados, como lo peor, lo impuro.
El autor nos habla de estas barreras invisibles que se crean, o que se refleja en esta película, la barrera inexistente que se levanta entre la ciudad y las favelas, a esto el autor lo llama la “institución cero”.
Nosotros en México tratábamos de encontrar algún ejemplo de institución cero, y llegamos a la conclusión que Tepito sería el mejor ejemplo dentro de la ciudad, sin embargo me gustaría dar otro ejemplo.
La comunidad donde vivo esta divida en varias secciones, una de esas secciones es conocida como “Peñascos” esta zona de la comunidad es nuestro Tepito, por qué, porque desde mucho tiempo atrás esa zona es territorio de nadie, nadie, que viva ahí, entra y, así mismo, tampoco nadie sale.
De la misma forma en esta zona aplica lo que el maestro nos comentaba como “el espacio público es de todos, por lo tanto, no es de nadie” y “el espacio público es de todos, por lo tanto, es mío”, es decir, por una parte ellos ven ese espacio como suyo y de nadie más, los que no pertenecemos a esa zona no tenemos ningún derecho sobre ese espacio, sin embargo dentro de esas cuantas calles el espacio no es de nadie, es de todos los que viven ahí.
Y por otro lado, se levanta un muro invisible entre los que viven en Peñascos y los que no vivimos ahí porque es la zona peligrosa de la colonia, siempre que sabemos que hubo una balacera o que amaneció alguien muerto, sabemos también que los culpables son los de Peñascos.
Un día un compañero de mi hermano no asistió a la escuela porque su familia se metió en problemas con la banda que maneja las cosas en Peñascos y balacearon la casa del compañero de mi hermano.
Como esta existen muchos ejemplos de lo “malo” que pasa es Peñascos, balaceras, tráfico de drogas, asaltos, ese es el lugar por excelencia donde todo lo malo pasa, por eso es un lugar al que ni la policía entra, por un lado porque existe un pacto entre la principal pandilla que maneja ese territorio, la pandilla del negro, y la policía, y por otro lado porque muchas veces, quien entra ahí ya no sale.
En cierta forma Peñascos es la versión de Tepito en la Comunidad donde yo vivo, es, como en Tepito y las favelas, el lugar en donde la forma de vestir, la forma de hablar y su lugar de residencia determinan la forma en que los demás los ven y los tratan, inevitablemente las comunidades y las sociedades tienden a segregar y a separar lo bueno y lo malo, y muchas veces tendemos a pensar que donde nosotros estamos es lo bueno, lo santo y lo puro y tachamos al otro del malo y lo impuro.
Como hemos visto a lo largo del curso las sociedades han tendido a segregar a todo lo que crean que es diferente, sobretodo, a satanizar a todo lo diferente, a lo que consideramos malo y dañino, algunas zonas de las ciudades son amuralladas de manera invisible, la muralla se levanta como critica, como maltrato, como discriminación, esa es la forma en la que las sociedades se han “protegido” de lo que, en algún momento, San Agustín catalogó como la Ciudad de Dios y la Ciudad Pagana, lo pagano como lo malo, como las favelas, como Tepito con Peñascos y; la ciudad de dios como lo bueno, como el resto de la ciudad que no incluye  a las favelas o a Tepito o el resto de la Colonia Ojo de Agua sin incluir a Peñascos. 

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